Ver a la leyenda Skay Beilinson

Txt: Nicolás Eliceche – Ph Elvio Alcaraz (foto de archivo)

Digan lo que digan, el sábado el Bioceres se recibió oficialmente de Rock. Porque tener a Skay en el escenario no es para cualquiera.

Skay Bellinson, el corazón de Patricio Rey, el héroe de la guitarra, la leyenda, o como quieran llamarlo, volvió a Rosario, esta vez al Bioceres Arena. Y si bien por ese escenario pasaron múltiples artistas en su corta vida, nadie, pero nadie, alcanza la mística de Skay. Ninguno. Lo reafirmo y que vengan de a uno.

Fue la primera vez que sentí en el aire una vibra verdaderamente rockera. Una vibra de fanáticos que siguen y disfrutan de Skay, porque él tiene eso: formó parte de una de las bandas más importantes del país, y del mundo si me apuran, y podría tranquilamente vivir de sus éxitos del pasado o no tocar más. Pero no. Recorre el país, y la gente lo sigue.

El clima acompañaba la épica: se venía Santa Rosa, el cielo estaba violeta, soplaba viento, y aun así la gente hacía la previa en la calle. Skay estaba anunciado para las 21, pero a esa hora todavía había hinchada afuera. Porque la previa de Skay tiene aguante. Y quienes lo siguen son fanáticos de verdad. Es raro ver a alguien caer de casualidad a un show suyo, como puede pasar con los Fundamentalistas. No es crítica, ojo, pero se entiende: quien va a ver a Skay, va a escucharlo a él.

Un tipo de 73 años que sigue bancándose un show entero. Que rockea. Que apenas hizo tres temas de los Redondos, porque llenó el set con composiciones propias, post Redondos. Un show que, si te gusta el rock, lo disfrutás: saltás, bailás, agitás. Las banderas flameaban, el pogo no faltó, la fiesta fue total.

Afuera el clima se sentía distinto, se sentía fiesta. Y adentro, el Bioceres pocas veces estuvo tan explotado de gente. Skay es una leyenda viva.

En este concierto no se permitió que la prensa ingrese con cámaras profesionales, por eso no hay registro como en todos los shows que cubrimos.

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