Rockeando preadolescentes – El Cuarteto de Nos

Txt: Nicolás Eliceche – Ph: Elvio Alcaraz

“Rosario y Montevideo siempre tuvieron un aire parecido”, dijo en un momento Roberto Musso. Y para el Cuarteto de Nos que esa conexión se siente fuerte. Este sábado, dieron uno de los tantísimos shows que tiene la gira que están haciendo. La banda uruguaya se subió al escenario del Bioceres y pareció como si estuvieran tocando en su propia casa.

El público fue un fiel reflejo de lo que significa el grupo en este lado del Río de la Plata, un cruce generacional donde conviven padres, jóvenes y muchos niños. De hecho, el calor y la intensidad del recital hicieron que varios chicos necesitaran atención, y la seguridad del lugar estuvo atenta en todo momento para que no pasara a mayores.

Quien escribe esta nota no es un fan acérrimo de la banda, sin embargo tuve la oportunidad de verlos en vivo varias veces y nunca, pero nunca, defraudan. Tienen un manejo del show envidiable. Una presencia arrolladora. Algo que me sorprendió fue el fanatismo de su público, con solo ver una imagen ya sabían qué canción venía. Como dicen los jóvenes, los pibes y pibas conocían todo el “lore” del Cuarteto.

Arrancaron con un repertorio cargado de clásicos, salvo por el primer tema, y no aflojaron hasta el final, que también fue una seguidilla de hits. La banda sonó impecable, con una energía que no decayó en ningún momento. Como escribí más arriba, toda la banda tiene una gran presencia, pero Roberto Musso no paró ni un instante: su energía demoledora sostuvo el ritmo frenético de un show que no dio respiro.

Un detalle que me sacó una sonrisa fue durante la presentación de cada músico: el público se volvió loco cuando nombraron a su baterista. En chiste, Musso dijo algo así como  “somos la única banda donde el baterista tiene más carisma que el resto del grupo”. Alvin (Álvaro Pintos), con su vínculo especial con Rosario, se robó más de una ovación. La química entre ellos se siente y se percibe: la buena onda, las sonrisas, el disfrute compartido.

Con el eco de cada estribillo y la certeza de que hay futuro, porque había muchos chicos cantando de memoria, El Cuarteto de Nos se despidió de Rosario con la promesa tácita de volver pronto. Porque, al fin y al cabo, cuando tocan acá, es como si tocaran en casa.

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